Día del maestro: unas enseñanzas

Maestro no es aquel dentro de cuatro paredes en una institución imponiendo poder, es aquella persona que nos enseña y forma de manera valiosa para nuestra vida. Y hoy los festejamos. Normalmente la gente dice odiar la escuela, pero siendo honestos y con la pandemia haciendo las clases en línea, no es que odiemos la escuela. Lo que nos molesta son las tareas, dudo que haya alguien que adore hacerlas. Pero estar con tus amigos en clase, aprender algo nuevo, motivarte a ganar puntos, eso no es molestia. Y los maestros toman parte clave en hacer que las clases sean aburridas o nuestras preferidas. 
Para ser maestro no se necesita un título (bueno, técnicamente sí, pero ese no es el punto), sino se necesita la vocación. Podrás ser la persona más inteligente del mundo, con millones de títulos universitarios y premios en tu nombre, pero si no sabes transmitir tus ideas y compartir con el mundo tu sed de aprender, no puedes ser maestro.
He tenido la fortuna de tener maestros que me enseñaron no sólo el ámbito escolar que veían a trabajar, sino a ser mejor persona y a buscar sobresalir en cada actividad que realice. Por ello quiero festejar su día compartiendo cinco personajes que nos dieron grandes enseñanzas a lo largo de sus historias.
1. Lada, Hija de las Tinieblas de Kiersten White
Enseña: tu sexo no te hace ni más ni menos
Lada nos enseña lo que es ser una mujer en los tiempos antiguos y como denigras a las mujeres a simplemente parir hijos. Ella se niega a esto, ella sabe que su destino es más grande que dar a luz a miles de herederos. No acepta un no por respuesta y lucha porque su voz sea escuchada. Ser mujer no la convertirá en una persona de menor valor.
2. Avery, El Piso Mil de Katharine McGee
Enseña: tu eliges tu destino
Avery tuvo la suerte de nacer de la genética, lo que la hizo no sólo ser la hija de la pareja más rica de Nueva York, sino poseer una belleza inigualable y una perfección insuperable, pero de esta manera tuvo la maldición de que sus padres controlaran demasiado su vida. Sólo que ella no aceptó esto, se da cuenta que ella puede, como dice Barbie, ser quien quiera ser. Su presente, pasado y futuro es suyo, así que comienza a tomar las riendas de su vida y de qué hacer con ella.
3. Starr, El Odio que Das de Angie Thomas
Enseña: la fuerza de tu voz
Starr es una chica de color que asiste a una escuela de gente blanca. Su vida no es sencilla, pero hace lo que puede para pasar desaperciba. Todo hasta que matan en sus ojos a su mejor amigo sin razón alguna. Ella tiene dos opciones: callarse y aceptar que nadie va a hacer nada o alzar su voz y demostrar las injusticias que cometen contra la gente de color sólo por su piel. Ella sabe a lo que se enfrenta, pero sabe que una vez que hable, la gente no tendrá otra opción mas que escuchar. 
4. Serafina, Azul Profundo de Jennifer Donnelly
Enseña: la delgada línea entre ser justos y acaparar el poder.
Serafina se convierte en Regina de Miromara por circunstancias extremas hasta que le quitan el trono y una guerra se abre frete con ella. Al inicio está recelosa de las muertes de sus soldados, pero conforme va conociendo la realidad, aprende a ver la situación de la manera que es. Esto la ayuda a formar, no forzar, su corazón y demostrar cómo es que ni importa de quien es la sangre que corre por tu venas, sino cómo estás dispuesto a sacrificarla por el bien de los demás.
5. Alyssa, Susurros de A.G. Howard
Enseña: un poco de locura es necesaria para vivir
Alyssa es descendiente de Alicia, por lo que vive escuchando voces de los insectos, algo que siempre evita. No le gusta que hablen, no quiere estar loca. La diferencia sucede cuando acepta su locura y se da cuenta de su realidad. Aceptar sus supuestos demonios y abrazar a la locura fue lo que hizo que se volviera cuerda y que no se hundiera en el peso del estrés y lo desconocido. No por nada dicen que las mejores personas están un poco locas.



Obviamente hay miles de personajes e historias que nos enseñan algo día a día, pero recordemos que también las personas a nuestro alrededor nos enseñan cosas día a día. Sean buenos con sus maestros, la mayoría del tiempo (porque como dije, es trabajo de vocación y lamentablemente no todos la tienen) están buscando la manera de que salgan de un salón de clases con algo nuevo que utilizar en su vida. 
Y más ahora, tengamos paciencia y cariño a todos ellos que al igual que los estudiantes, se han esforzado a salir adelante con las clases virtuales y hacer lo posible para que todo sea efectivo. 
Enseñemos al mundo lo que nuestros maestros nos enseñaron.

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