9 años, 300 libros
Pues quién lo diría. Yo, en su momento, definitivamente no. Tengo diecinueve años de vida y he llegado a leer 300 libros en ella. Algunas personas podrían decir “pff, no es nada, yo llevo 1,000” o cosas así, pero este es un logro enorme para mi persona y siento que ya en sí es un número gigantesco y más cuando convivo con gente que no lee o lo hace en lo mínimo. Probablemente este post tendría más sentido si fueran 500 los libros leídos, pero me gusta el número, así que se lo dedicaré de igual manera.
Mi travesía por la lectura ha sido larga, como ya dije, nueve años, pero la historia de ella la dejaré para cuando sean esos 500 que ya mencionaba. Ahora, les contaré un tanto de mis gustos.
Como se darán cuenta por los reviews que llevo hechos en este blog, mi consumo principal es fantasía juvenil e infantil. Esto gracias a que siempre he sido de mente soñadora y desde que tengo memoria recuerdo que cuando soñaba cosas extrañas, como animales parlantes o romances entre la realeza, por más sosos que fueran, los escribía. Me fascinaba ver películas como Narnia o las princesas de Disney. Lo que sabía era inexistente, pero me encantaba todavía más por eso.
Cuando comencé a leer, mi atracción fue directamente a estas historias. Desde pequeña siempre fui muy asustadiza, por lo que el terror/horror jamás fue una opción en mi lista de lecturas. Las situaciones reales me aburrían, por lo que los libros históricos o biografías también pasaban de largo. Pero uff, esas bellas portadas que atraían la vista de toda persona, junto a los títulos más intrigantes, fueron lo que me atrajeron a la fantasía.
Obviamente no empezamos con libros gigantes, si con tan sólo 300 páginas yo ya les temía (y eso que ahora tengo libros con más de 1,000).
En esos momentos de mi vida era demasiado fantástica, que pensaba “guácala” a los libros contemporáneos/románticos. Creía que “no eran lo mío”, que madura me debía escuchar diciéndolo (inserte sarcasmo aquí). Después, gracias a mi mamá, me di cuenta de que estos no estaban tan mal y que tal vez podía darles un espacio en mi corazón. Luego llegó John Green y la perspectiva cambio. Quiero aclarar, creo que de sus seis libros que he leído, sólo le tengo aprecio a dos, tres me son indiferentes y el último lo repudio, así que no es mi escritor favorito, ni de cerca, pero con Bajo la Misma Estrella fue suficiente para que me interesara por el romance.
Conforme iba creciendo mis gustos, más que cambiar se iban ampliando. Hoy en día, mi colección personal, contiene libros de fantasía, ciencia ficción, misterio, terror, contemporáneos y hasta una biografía. Eso sí, es clara la diferencia de unos y otros y es fácil observar el género ganador (no, no es terror) de entre todos estos.
Cuando era joven pensaba ser especial por leer fantasía y ahora pienso que soy lo máximo al adentrarme, de poco a poco, en diversos géneros y mundos que los libros tienen para mí. Y no, no me avergüenzo de pensar que la fantasía era lo mejor del mundo mundial y todos los demás géneros eran dispensables, al contrario, me alegra saber que esa niña de diez años maduró lo suficiente para saber reconocer el valor de cada género literario. No he leído todos los géneros existentes y dudo llegar a hacerlo, pero el saber que ya no les desprecio, sino que los respeto me es suficiente para vivir con la consciencia en paz.
Ahora que conocieron mi cariño en los géneros literarios que leo, les vengo a enseñar cinco libros que tienen puesto de galardón. No por ser los mejores de mi vida, sino porque son los múltiplos de 50.
50. El Libro Fantasma
No hay libro exacto, ya que en este punto todavía no llevaba un orden en mi vida lectora y desconozco cual es el libro que toma este puesto.
100. Destino Real, Espíritu rebelde de Shannon Hale.
Este libro recuerdo que me costó leerlo. Lo gracioso de este, es que mi edición estaba mal hecha, por lo que se le estaba desprendiendo la portada. Una amiga me hizo mención de lo obvio y me preguntó que si no me molestaba eso, a lo cual yo conteste tirando el libro al suelo y recogiéndolo como diera lugar. ¿Acaso lo despreciaba? No, pero le hice comprender que realmente la belleza de un libro radica en el contenido más que en su estética.
150. Marea Negra de Jennifer Donnelly
Este libro, curioso, curioso. Estaba en prepa, viviendo mi vida tranquilamente sentada junto a mi crush de ese entonces. No recuerdo cómo sucedió, pero de un momento a otro nuestro lugar se llenó de gente, donde una amiga me chuleó mi outfit de ese día (el cual era el mismo que use el primer día de clases) y mi otra amiga me dijo del libro. Hablamos de este un buen rato y esto nos ayudó a hablarnos más entre nuestra bolita. Ella es ahora una de mis mejores amigas y se queja de que el último libro no salió nunca en español y ella sigue sin leerlo.
200. La Guía del Caballero para el Vicio y la Virtud de Mackenzie Lee
Este libro recuerdo haber pensado “debí leerlo antes”, pero no porque me estuviera fascinando, sino porque mi libro 199 fue mi libro favorito de ese año y uno de mis favoritos hasta la fecha. Eso sí, me comprometí a terminarlo por Clau (ClauReadsBooks), a quien le había gustado, y para el final simplemente me había gustado, pero medio meh.
250. Gmorning, Gnight! De Lin-Manuel Miranda y Jonny Sun
Este libro me ayudó a echarme un taco de ojo. Estaba de vacaciones en San Antonio, Texas. Hacía un frío del demonio, pero la tienda en la que habían entrado mi mamá, tía y hermano estaba sofocada y a reventar que preferí congelarme a morir en un mar de humanidad. Allí afuera estaba yo leyendo cuando salió un chavo guapísimo a hablar por teléfono. Gracias al libro pude medio esconder mi cara hasta que tuve que irme del lugar y mis ojos en definitiva fueron bendecidos.
300. El Señor del Sabbath de Mariana Palova
Finalmente, este bebé. Esta lectura fue la más premeditada de todas, ya que fue el único libro que estaba consciente de que iba a tomar dicho puesto. Por ello, decidí hacerlo especial: Mariana Palova, autora autopublicada que pasó a tener una casa editorial en México y Estados Unidos y originaria de Guadalajara, Jalisco, igual que yo. Sabía que su libro era prometedor y su historia como autora siempre me inspiró y conocerla en persona en la FIL y darme cuenta de la joya de persona que era, supe inmediatamente que se merecía el puesto. Y más cuando existía una lectura conjunta en el momento.
Y así ha sido mi travesía, historias en historias y fantasía en mi vida común. Tengo la esperanza de llegar a ese libro 500 sin problemas algún día y, quién sabe, tal vez hasta mi lectura mil. Hay tiempo, o eso espero, para lograr la meta. Estos son sólo números, no te hacen ni mejor ni peor lector, pero es el orgullo personal. No importa si en tu vida has leído un libro o chorrocientos de ellos. Lo importante es que te sientas orgulloso de haberlo hecho, así como yo me siento orgullosa de mis lecturas, hayan resultado buenas o malas.
Comentarios
Publicar un comentario